domingo, 29 de diciembre de 2019

Bocetos literarios



I

“Joyce está para siempre en Trieste, pues es allí donde es real ahora: bajo la forma de una serie inspirada de signos lingüísticos gramaticalmente desconcertantes.

II

El mismo relato es distinto según las palabras de las que se componga. Hasta la menor de las reescrituras crea una nueva proyección de lo real. Y quizá hay un modo más estrafalario de exponer esto. Una frase es como un boceto, o una caricatura.

III

A Sterne le fastidiaba la idea de que una representación tuviera que ser descriptivamente exhaustiva. Lo que le interesaba era la verdad de los atajos. Solía afirmar que un sargento con una pica entrando en una taberna con su perro se podía representar simplemente con tres líneas rectas.

IV

No hay signos naturales. Una caricatura no es más real que una frase. Al mismo tiempo, sin embargo, el hecho de que algo sea un signo no significa que no sea verdad.

V

Se necesita muy poco para inventar algo verdaderamente realista y animado. Se necesita únicamente el mínimo exceso de una frase. Una narración puede ser diminuta y aun así crear un mundo.

VI

Un relato puede convertirse en la prueba de algo que nunca será demostrable de forma lógica. Un relato puede inventarse una nueva forma de realidad. Y, si uno prefiere otro término para referirse a esta magia de la composición, si le desagradan las palabras anticuadas como vivos y muertos, supongo que hay otra forma de expresarlo. Y esta consiste en decir que la ficción es un sueño.

VII

En esto consiste la novela: su significado es mucho más móvil, más fugitivo, que las habituales ideas de significado. Una novela es una huida. Y, por ello, también puede ser múltiple.

VIII

Si pienso en las grandes traducciones del arte de la novela, como el Moby Dick de Pavese, o la traducción francesa de Anna Livia Plurabelle, de Joyce, creo que es posible afirmar que traducir implica reconstruir el lenguaje, exactamente igual que en el caso del original. La traducción viene a ser, pues, un nuevo original. Y esta es la razón por la que la traducción de una novela ni siquiera necesita realizarse del original original. También puede estar hecha de un segundo original. Porque lo que se necesita en casa fase múltiple no es fidelidad, sino recreación.

IX

Las palabras de un lenguaje muy raramente se refieren a cosas únicas. Son más como enjambres o campos. Este sueño de que las palabras son cosas ha implantado la idea de que, por alguna razón, el lenguaje está en contacto con lo inefable, cuando este es una ilusión del lenguaje mismo.

X

La metafísica no es más que un modo de describir con mayor grandilocuencia una locura cotidiana: el hecho de que toda novela pretende crear su lector ausente”.

Fragmentos

viernes, 27 de diciembre de 2019

No escribimos en vano


“Los personajes que aparecen en mis libros luchan por cosas que les importan. Nunca he sido capaz de escribir acerca de lo que parece interesar a la mayor parte de los novelistas: lo que podríamos denominar el factor sociológico, el mundo de cosas que nos rodean, el mundo de gustos y modas. Mi literatura es más simple que eso, es más profunda, es, probablemente, mucho más ingenua. Trata de vivir y morir y hallarle un sentido a lo que hacemos en este mundo. Todas las preguntas fundamentales que te haces cuando tienes quince años, intentar aceptar el hecho de que vives en este planeta, encontrar alguna razón para existir. Estas son las preguntas que impulsan a mis personajes.

Supongo que con el tiempo he acabado considerándome, más que un novelista, alguien que cuenta historias. Creo que las historias son el alimento básico del alma. No podemos vivir sin historias. De una manera u otra, toda persona se alimenta de ellas desde que tiene dos años hasta que muere. La gente no tiene por qué leer necesariamente novelas para satisfacer su ansia de historias. Ven la tele o leen cómics o van al cine. Les lleguen como les lleguen, estas historias son cruciales.

A través de las historias luchamos para hallarle sentido al mundo. Eso es lo que me hace seguir adelante: lo que justifica que me pase la vida encerrado en una pequeña habitación, poniendo palabras sobre el papel. El mundo no se acabaría si no volviera a escribir otro libro. Pero a fin de cuentas no creo que sea una actividad completamente inútil. Formo parte de la gran empresa humana que intenta encontrar sentido a lo que hacemos en este mundo.

En el proceso de escribir hay muchos momentos de desolación, muchos momentos en que te preguntas por qué lo haces y qué sentido tiene: a veces es importante recordar que no lo hacemos en vano. Esta es la única cosa que he encontrado que para mí tiene sentido”.

Experimentos con la verdad (fragmento).

Paul Auster
   
Fotografía: Jonathan Irish. National Geographic